miércoles, 23 de julio de 2014

La flora en el Canal de Castilla

Para el conocimiento y estudio de las asociaciones vegetales más comunes asociadas al Canal, debemos hacer dos grupos claramente diferenciados: los bosques y la vegetación del entorno, y los sotos o bosques de ribera.


La vegetación del entorno.

Encina

La vegetación que predomina en los entornos del Canal de Castilla está constituida fundamentalmente por carrascales de encinas (Quercus ilex), y robledales de quejigo (Quercus faginea) y roble (Quercus pyrenaica).

La encina o carrasca es la especie forestal más genuinamente ibérica, ya que la mayor parte de los bosques de España fueron en tiempos extensos encinares. Sus frutos, las bellotas, son muy apreciadas por multitud de animales, desde los jabalís, hasta los ciervos, corzos y ratones de campo. Podemos encontrar grandes encinas en el Monte el Viejo de Palencia y en los montes de Dueñas (Palencia), así como dispersos por diversos puntos de todo el recorrido del Canal. También en las cercanías de estas dos localidades se pueden encontrar ejemplares de cierta envergadura de enebro común, que en Palencia es conocido como jabino (Juniperus communis), árbol típico de las tierras calizas y continentales, e incluso, algunos escasos ejemplares de sabina albar (Juniperus thurifera).

Cerca de las encinas, sobre todo en las comarcas próximas a Alar del Rey (Palencia), crecen numerosos arbustos de fruto carnoso, como los escaramujos o rosales silvestres (Rosa canina), endrinos (Prunus spinosa) y agracejos (Berberis vulgaris) entre otros. Los espinosos agracejos, conocidos en algunas zonas con el nombre local de borrachines, fueron utilizados en la industria de los tintes. Sus frutos, de ácido sabor, se emplean en la industria alimentaria en la elaboración de mermeladas y licores, al igual que las endrinas (o andrinas) que se utilizan para la elaboración del pacharán.

Gallarones

En muchos lugares próximos al Canal, se encuentran los robledales de quejigo o roble enciniego (Quercus faginea), que recibe este nombre porque sus hojas, aunque caedizas como las de los demás robles, presenta un tamaño y dureza que le asemejan a la encina, con la que suele estar entremezclado. En las ramas de estos robles son muy frecuentes las globosas gallaritas o gallarones, por lo que también son conocidos con el nombre de roble agallero. La bellota del roble es más amarga que la de la encina.

En estos robledales conviven plantas arbustivas como las estepas (Cistus laurifolius), los majuelos o majoletos (Crataegus monogyna) o las fragantes madreselvas (Lonicera etrusca).

Los bosques de ribera.

Los sotos, característicos del entorno del Canal de Castilla son los frescos bosques de ribera, entre los que se cuentan las alamedas, alisales, salcedas y olmedas, que suelen aparecer mezcladas en proporciones muy variadas, lo que confiere a las márgenes del canal un bello cromatismo, especialmente en el otoño.

Las arboledas más características de los sotos son las alamedas, constituidas por varias especies del género Populus, conocidos en estas tierras como álamos, chopos o pobos.

Las especies más abundantes en estos bosques de galería son el álamo blanco (Populus alba) y el chopo común o negro (Populus nigra). En algunas zonas, aunque más escaso, podemos encontrar álamos temblones (Populus tremula).

Últimamente abundan los chopos de cultivo que se emplean para la producción de madera. Se trata de un híbrido del chopo negro europeo y de uno americano (Populus deltoides), por lo que se ha denominado Populus euramericana.

Entre las agrupaciones vegetales más típicas de las inmediaciones del agua se encuentran las salcedas, formadas por distintas especies del genero Salix, y conocidas con nombres como salces, salgueras, sauces, mimbreras y mimbrajinas.

Destacan las especies de salce mayor o blanco (Salix alba) que puede alcanzar un gran porte arbóreo y la mimbrera (Salix fragilis). Otras especies que se dan son las alisas o alisos (Alnus glutinosa) que poseen unos curiosos frutos semejantes a pequeñas piñas, los fresnos (Fraxinus angustifolia y Fraxinus excelsior) y, en los entornos más secos de los sotos, los escasos olmos o negrillos (Ulmus minor) que han logrado salvarse a la plaga de grafiosis.

Escaramujos

Respecto a los arbustos que más abundan acompañando a los árboles de ribera antes descritos, destacan los saucos (Sambucus nigra), majuetos (Crataegus monogyna), escaramujos (Rosa canina y Rosa corymbifera), espinos cervales (Rhamnus cathartica), y algunos aunque escasos avellanos (Corylus avellana).

También abundan las conocidas zarzamoras (Rubus ulmifolius) con sus apreciados frutos en otoño, y las zarzas de soto (Rubus caesius).

Plantas acuáticas.

Mansiegas en verano con inflorescencias
En los bordes del canal de Castilla y en las inmediaciones donde abunda el agua estancada, se desarrollan un sinfín de especies herbáceas ávidas por los terrenos estancados. Estas plantas filtran el agua, con lo que eliminan las sustancias nocivas que pueda arrastrar, mejorando de esta forma sus propiedades químicas.


Las más abundantes que podemos citar son, entre otras, las decorativas mansiegas, espadañas o zonjas (Typha domingensis  y Typha latifolia), con las típicas inflorescencias cilíndricas semejantes a puros y sus largas hojas lanceoladas; los carrizos (Phragmites australis) de espiga abierta; los juncos (Scirpus lacustris) y los juncos peloteros (Sparganium erectum) de curiosos frutos globosos y cubiertos de pinchos. Destacan también por su colorido veraniego los decorativos lirios amarillos (Iris pseudacorus), que crecen en el mismo borde del Canal.

Mansiegas en invierno

Una planta muy importante como refugio para numerosas aves acuáticas, así como para las larvas de insectos, de los peces y de los anfibios, es la hierba lagunera (Ranunculus pellatus). Esta planta de flores blancas, que vive sobre la superficie del agua es a menudo confundida con un alga.

También podremos observar el malvavisco (Althaea officinalis), planta herbacea de flores blancas que puede alcanzar los 2 metros de altura. También, de flores rosadas o púrpura, abunda la hierba de San Antonio (Epiludium hirsutum), con propiedades astringentes.


Otra planta de valor ecológico elevado, por ser también refugio y alimento para numerosos invertebrados acuáticos, aves y peces, es el polígono anfibio ((Polygonum anfibium), planta herbácea que puede ser terrestre o acuática.
Zarzamora en verano

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