miércoles, 23 de julio de 2014

La fauna en el Canal

Uno de los mejores lugares de nuestra región para contemplar fauna, y sobre todo aves, es el Canal de Castilla. La explicación es muy sencilla pues, además de cruzar por diferentes comarcas a lo largo de más de doscientos kilómetros de recorrido, el propio Canal ha creado un hábitat peculiar que favorece o protege la vida de muchas especies distintas.
Para una mejor descripción de la fauna vamos a dividir la exposición en cuatro grupos: peces, aves, mamíferos y anfibios y reptiles.


Los peces.

El Canal de Castilla es el reino del barbo (Barbus bocagei) que está presente en todo su recorrido, desde Alar del Rey hasta las dársenas de Palencia, Valladolid y Medina de Rioseco. Un poco menos abundante son la boga (Chondrostoma polylepsis) y el cacho (Leuciscus cephalus). Casi desaparecidos ante la introducción de los grandes carnívoros, están dos especies hasta hace poco bastante presentes: la bermejuela (Rutilus arcasií) y el gobio (Gobio gobio). También se encuentran tencas (Tinca tinca), muy difíciles de capturar debido a sus hábitos sedentarios.

En las zonas cercanas a donde se producen tomas de aguas de los ríos Carrión y Pisuerga (Alar del Rey, Herrera de Pisuerga y Calahorra de Ribas) se pueden encontrar alguna trucha común (Salmo tructta fario) e incluso trucha arco iris (Salmo garinderi).

En el tramo final del ramal del Sur se han pescado algunos lucios (Esox lucius) de gran tamaño.
En el ramal de Campos y el del Sur también abundan la carpa (Cyprinius carpio) y el carpín o pancho (Carassius carassius).

Un molusco que no pez, totalmente desaparecido para desgracia de aficionados y gourmets, se encuentra el cangrejo autóctono (Ascatus palipes) aunque, para compensar, comienzan a aparecer algunos ejemplares del cangrejo americano (Procambaus  clarkií) y del cangrejo señal (Pacifascatus leniusculus), mucho menos sabrosos que el natural de estas tierras.

Las aves.

De zonas húmedas.

Ánade azulón

El Canal de Castilla constituye en si mismo una amplia y estrecha zona húmeda. En ella, y en las lagunas y tojas que se han consolidado en sus proximidades abundan diversas especies de patos, como el ánade azulón (Anas platyrhynchos), fochas (Fulica atra), pollas de agua (Gallinula chloropus) garzas reales (Ardea cinerea) e imperiales (Ardea purpurea), martinetes (Nycticorax nycticorax), aguiluchos laguneros (Circus aeroginosos). En primavera y en verano nos deleitarán con sus vuelos rasantes para beber y comer mosquitos las golondrinas (Hirundo rustica), el avión común (Delichon urbica) y los vencejos (Apus apus).

Más raras de ver son el ánade silbón (Anas penelope), el pato cuchara (Anas clypeata) y la cerceta común (Anas crecca).

De bosques.

Cernícalo

En el alargado bosque de galería que forma el Canal de Castilla anidan o buscan alimento muchas especies de aves del bosque. El pito real (Picus viridis) y el picapinos (Deondrocopus major), que se alimentan de larvas que cogen en los troncos muertos. Distinguiremos por su canto al cuco (Cuculus canorus), y podremos observar sin demasiada dificultad muchos paseriformes: jilgueros (Carduelis carduelis), verderones (Carduelis chloris), los solitarios pinzones (Fringilla colebs), minúsculos mosquiteros (Phylloscopus), currucas (Sylvia), Zarceros (Hippolais), carboneros y herrerillos (Parus). En las proximidades del agua podremos contemplar lavanderas: blancas (Motacilla alba), boyera (Motacilla flava) y cascadeña (Motacilla cinerea).

También abundan, aunque son difíciles de ver, algunas rapaces como el azor (Accipiter gentilis) y el gavilán (Accipiter nisus).

De la estepa.

La línea verde que supone el Canal de Castilla es ideal para observar las aves esteparias, que en los calurosos días del verano vienen a refugiarse en el frescor que este proporciona. Con un poco de suerte podremos avistar alguna bandada de avutardas (Otis tarda); en invierno algún avefría (Venellus vanellus) y de forma más desperdigada y aislada, sisones (Tetrax tetrax) y alcaravanes (Burbinus dedinecmos).

En grupos también, veremos perdices (Alectoris rufa), y posados sobre tocones distinguiremos la silueta del águila ratonero (Buteo buteo) y del mochuelo (Athene noctua). De forma permanente nos acompañará la silueta del superabundante cernícalo (Falco tinnuculus), volando sin moverse del sitio, y en algunas zonas próximas a cortados de rocas (Cabezón de Pisuerga) no será difícil  ver a los halcones peregrinos (Falco perigrinus) que allí anidan.

Palomas y palomares

Las palomas domésticas, que proceden de la paloma bravía (Columba livia) llenan los cielos con sus bandadas que se cobijarán en los numerosos palomares de factura humana que aún siembran la Tierra de Campos. Veremos con relativa frecuencia palomas torcaces (Columba palumbus), tortolillas (Streptopelia turtur) y tórtolas turcas (Streptopelia decaocto) que comienza a ser muy abundante en todo tipo de hábitats.

Urracas (Pica pica), oropéndolas (Oriolus oriolus), algún martín pescador (Alcedo atthis) difícil de ver, tordos (Sturnus), ruiseñores (Luscinia megarhynchos), mirlos y zorzales (Turdus) y un largo etcétera que abarca las más de 160 especies que se suelen dar cita en el Canal de Castilla o sus inmediaciones.

Desde abril a septiembre es frecuente escuchar el canto de la codorniz (Coturnix coturnix).

Los mamíferos.

Nutrias

Muy difíciles de observar por su carácter huidizo y tímido, es posible vislumbrar con paciencia y sigilo, la silueta de algún conejo (Oryctolagus cuniculus) y liebre (Lepus europaeus) , así como de sus predadores como el zorro (Vulpes vulpes).

La rata de agua (Arvicola sapidus), el ratón (Apodemus sylvaticus) y el topillo (Microtus arvalis) abundan mucho (ojo, no tienen nada que ver con sus homólogos ciudadanos).

En algunas zonas las ardillas (Sciurus vulgaris) y con mayor dificultad aún podremos tener suerte y avistar garduñas (Martes foina), comadrejas (Mustela nivalis), turones (Mustela putorios) e, incluso, alguna nutria (Lutra lutra), así como los erizos (Erinaceus europaeus).

Últimamente, numerosos zarzales que acompañan al Canal sirven de refugio cada vez más frecuente al jabalí (Sus snofa).

Los anfibios y los reptiles.

En las aguas del Canal y sus riberas viven un buen número de especies representantes de estas dos clases de vertebrados.

Como vertebrados poiquilotermos que son (de sangre fría), solamente los podremos observar en la estación estival y en los últimos y calurosos días de la primavera.

Con paciencia y curiosidad podremos ver salamandras (Salamandrina), los rarísimos y escasos tritones (Triturus marmoratus), sapos (Bufo bufo) y culebras de agua (Natrix natrix). A pesar de los ancestrales ascos y miedos que estos vertebrados producen en el hombre, todas estas especies son absolutamente inofensivas.

Aún podemos escuchar el canto de la rana común (Rana perezi). Igualmente nos puede sorprender también algún ejemplar de la culebra de mayor longitud de nuestra península, la culebra bastarda (Malpolon monspessulanus), que puede llegar a los 2 metros. También algún galápago (Maurenays caspica), y con suerte algún lagarto ocelado (Lacesta lepida).

Otras especies.

Otros muchos animales llenan de vida el Canal: larvas que viven en las ovas de las esclusas, debajo de las piedras o en la pecina.

Insectos como el zapatero (Hydrometridae), siempre nadando sobre la superficie del agua y en contra de la corriente; las siempre llamativas libélulas (Anax imperator); cientos de mariposas (Orden Lepidópteros).


Por último hay que citar a un molusco bivalvo, el "mejillón del Canal", con las conchas entre blancas y marrones que se arrastra lentamente por el fondo del Canal, dejando una huella en el limo que se parece a una estrecha rodera de bici.

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