lunes, 21 de julio de 2014

El Canal de Castilla en la actualidad

Cuando los ilustrados del siglo XVIII impulsaron  la ejecución de las obras que culminarían la construcción del Canal de Castilla, nunca podrían haber imaginado que, 200 años más tarde, el futuro de su sueño ilustrado no iba a estar ligado ni a la industria, ni a la agricultura, ni al comercio sino a algo tan alejado de estos conceptos como es el ocio y disfrute de la naturaleza.



El relieve de España
           La construcción del Canal de Castilla tiene su origen en la idea de los políticos de la ilustración de luchar contra la ancestral postración de España, y especialmente de sus regiones interiores, venciendo el aislamiento físico y económico de los antiguos reinos de Castilla y de León. Aislamiento tanto con el resto de España como con las colonias americanas y, por supuesto, con el resto de los países europeos. Con la ejecución del canal se pretendía facilitar las comunicaciones y el comercio de los productos de estas regiones, principalmente los productos derivados de la agricultura.
Tras su conclusión, después de no pocas vicisitudes, el canal ha luchado por su mantenimiento como vía de comunicación en competencia temprana con el ferrocarril, y ha generado energía que favoreció la aparición de una floreciente industria en su entorno.

Relieve de Castilla y León
Al perder la batalla con el ferrocarril, el canal pasó por un periodo de algo más de 50 años en los que su única aportación a las tierras del entorno ha sido el riego y el abastecimiento de agua potable.

Hoy, en los albores del siglo XXI, cuando la mayor parte de su legado patrimonial, sobre todo las edificaciones de todo tipo, ha desaparecido o se encuentra en un lamentable estado de ruina y abandono, el futuro de esta “vía verde” de 207 kilómetros está unido, principalmente, a su utilización como espacio de ocio, generador de toda una economía alternativa que puede surgir en torno a lo que se ha dado en llamar el “turismo verde”.

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