Datos de la Ruta 8: Requena de
Campos-Frómista
(Por el Camino de Santiago)
Inicio:
Puente de Requena de Campos
Latitud: 42º 18’ 22” N
Longitud:
04º 20’ 17” W
Final:
Frómista
Latitud: 42º
15’ 42” N
Longitud:
04º 23’ 60” W
Accesos:
El inicio de la ruta es el puente de Requena de Campos, a 500 metros de dicha
localidad en la carretera P-433 de Frómista a Lantadilla.
Nuestro punto de llegada, será la localidad de Frómista, concretamente
el puente sobre la carretera P-431, a 800 metros del centro del pueblo.
Mapas:
Topográfico Nacional de España 1:25.000. Hoja 236-II y 236-I
Distancia:
9,2 Km. (Solo ida)
Dificultad:
Baja
Estado
de los caminos: De tierra perfectamente compactado.
Recorrido
Iniciamos nuestro recorrido en el puente de Requena,
a medio kilómetro del pueblo en la carretera P-434 que comunica esta localidad
con Lantadilla.
El recorrido lo haremos caminando siempre por la
margen izquierda del Canal. En este tramo, los caminos de sirga están muy
elevados respecto al nivel del cauce, lo que nos proporciona unas curiosas
vistas del mismo. En esta zona, conocida por “el murallón de Requena” el Canal
de Castilla cambia de vertiente hidrográfica, pasando de la del Pisuerga, por
la que ha discurrido hasta ahora, a la del Carrión.
El paisaje típico de la Tierra de Campos, nos
acompañará durante 4,5 kilómetros hasta la esclusa 16, ya en el término de
Boadilla del Camino. Antes de llegar a ella, pasaremos junto a las ruinas de
una casa de peones, y al otro lado del canal veremos la charca de Valdemorco.
Ya en la esclusa, si cogemos hacia el este el camino que cruza el puente,
llegaremos al pueblo que dista 1,5 km de este lugar.
Continuamos nuestra ruta por el canal, y cuando
llevamos algo menos de 6 kilómetros recorridos desde el inicio, se incorpora
por nuestra izquierda el Camino de Santiago, que coincide con el camino de
sirga hasta llegar a Frómista. Pasaremos junto a la arqueta de riego de
Carreboadilla y por fin llegaremos a uno de los puntos más espectaculares del
Canal de Castilla: las esclusas cuádruples de Frómista. El Canal de Castilla y
el Camino de Santiago se juntan en este lugar, en el que el canal tiene que
salvar un desnivel del terreno de más de 14 metros.
Las posibilidades en los entornos de esta ruta son
muchas y muy atractivas. La pequeña localidad de Boadilla del Camino merece que
nos salgamos del camino de sirga para acercarnos a esta ella. Allí podremos
apreciar su extraordinario rollo de justicia de estilo gótico del siglo XV, que
es monumento nacional. Junto a él la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción
del siglo XVI, con esculturas de la escuela de Alonso Berruguete en su retablo mayor. Podemos
reponer fuerzas en alguno de los albergues de peregrinos que hay en el pueblo,
antes de retornar nuestra ruta por el Canal, caminando junto a los peregrinos
que hacen el Camino de Santiago.
Frómista, nuestro punto de llegada, merece una
detenida y tranquila visita. Sin ninguna duda la joya de la corona de la
antigua Frumesta, es la iglesia románica (s.XI) de San Martín de Tours. En el
breve espacio de que disponemos es imposible hablar y describir esta auténtica
maravilla, a la que tendremos que dedicar una parte importante de nuestra
visita.
Merecen también una visita, la iglesia parroquial
de San Pedro (siglos XV-XVI), dedicada al patrón San Pedro González Telmo, y su
cuidado museo, así como la iglesia del Castillo, en la que podremos disfrutar
del montaje multimedia “Vestigia. Leyenda del Camino”.
La visita al museo etnográfico y a la ermita de la
Virgen del Otero, patrona de la villa, pueden completar nuestro recorrido por
la villa del milagro.
Si nuestra estancia en la zona lo permite, podremos
visitar las cercanas localidades de Villalcázar de Sirga y Carrión de los
Condes, ambas en el Camino de Santiago.
Raúl Guerra Garrido es quizás el escritor que mejor
ha sabido reflejar lo que el Canal de Castilla significa desde el punto de
vista espiritual y de leyenda. En su libro Castilla en Canal*, dedica un
capítulo a las esclusa de Frómista, que creo es la mejor forma de describir lo
que allí se siente.
“Estás en el
centro o grano de trigo, en el exacto punto trigonométrico de un lugar de
privilegio. En Frómista, en la antigua Frumesta de los romanos, de frumentum,
que significa trigo. En el lugar donde el cauce de las aguas se entrecruza con
el camino de las almas; un lugar de doble privilegio como la luz, que no es
onda ni partícula, sino ambas cosas a la vez, donde lo telúrico se confunde con
lo teúrgico. Lo sientes como un inasible abrazo. Desde el puente por donde
circulan los peregrinos vuelves la vista a la obra de fábrica, en donde cuatro
esclusas, la 20, 19, 18 y 17, abren poderosa herida en la tierra y tiñen de
sangre las curvas paredes de sus labios. Vuelves a admirar la sobria y bella
arquitectura del vacío, esta vez con el desasosiego de un temor, el de no poder
interpretar su inaudito mensaje. La leonardesca estructura, adivina cómo las
sanguinolentas luces del crepúsculo se transformarán insensiblemente en
placenteras y deleitosas sombras. El articulado desplome de agua, de quince
metros de desnivel, el mayor de todo el Canal, dibuja en sus variables
ondulaciones la metáfora de la vida”.
*Guerra Garrido,
Raúl. CASTILLA EN CANAL. Ed. Muchnik Editores, S.A. Barcelona, 1999.
¿Dónde está?
Si has puesto atención en el recorrido nos podrás decir dónde está
hecha esta fotografía.
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