Uno de los mejores lugares de
nuestra región para contemplar fauna, y sobre todo aves, es el Canal de
Castilla. La explicación es muy sencilla pues, además de cruzar por diferentes
comarcas a lo largo de más de doscientos kilómetros de recorrido, el propio
Canal ha creado un hábitat peculiar que favorece o protege la vida de muchas
especies distintas.
Para una mejor descripción de la
fauna vamos a dividir la exposición en cuatro grupos: peces, aves, mamíferos y
anfibios y reptiles.
Los peces.
El Canal de Castilla es el reino
del barbo (Barbus bocagei) que está presente en todo su recorrido, desde Alar
del Rey hasta las dársenas de Palencia, Valladolid y Medina de Rioseco. Un poco
menos abundante son la boga (Chondrostoma polylepsis) y el cacho (Leuciscus
cephalus). Casi desaparecidos ante la introducción de los grandes carnívoros,
están dos especies hasta hace poco bastante presentes: la bermejuela (Rutilus
arcasií) y el gobio (Gobio gobio). También se encuentran tencas (Tinca tinca),
muy difíciles de capturar debido a sus hábitos sedentarios.
En las zonas cercanas a donde se
producen tomas de aguas de los ríos Carrión y Pisuerga (Alar del Rey, Herrera
de Pisuerga y Calahorra de Ribas) se pueden encontrar alguna trucha común
(Salmo tructta fario) e incluso trucha arco iris (Salmo garinderi).
En el tramo final del ramal del
Sur se han pescado algunos lucios (Esox lucius) de gran tamaño.
En el ramal de Campos y el del
Sur también abundan la carpa (Cyprinius carpio) y el carpín o pancho (Carassius
carassius).
Un molusco que no pez, totalmente
desaparecido para desgracia de aficionados y gourmets, se encuentra el cangrejo
autóctono (Ascatus palipes) aunque, para compensar, comienzan a aparecer
algunos ejemplares del cangrejo americano (Procambaus clarkií) y del cangrejo señal (Pacifascatus
leniusculus), mucho menos sabrosos que el natural de estas tierras.
Las aves.
De zonas húmedas.
Ánade azulón |
El Canal de Castilla constituye
en si mismo una amplia y estrecha zona húmeda. En ella, y en las lagunas y
tojas que se han consolidado en sus proximidades abundan diversas especies de
patos, como el ánade azulón (Anas platyrhynchos), fochas (Fulica atra), pollas
de agua (Gallinula chloropus) garzas reales (Ardea cinerea) e imperiales (Ardea
purpurea), martinetes (Nycticorax nycticorax), aguiluchos laguneros (Circus
aeroginosos). En primavera y en verano nos deleitarán con sus vuelos rasantes
para beber y comer mosquitos las golondrinas (Hirundo rustica), el avión común
(Delichon urbica) y los vencejos (Apus apus).
Más raras de ver son el ánade
silbón (Anas penelope), el pato cuchara (Anas clypeata) y la cerceta común
(Anas crecca).
De bosques.
Cernícalo |
En el alargado bosque de galería
que forma el Canal de Castilla anidan o buscan alimento muchas especies de aves
del bosque. El pito real (Picus viridis) y el picapinos (Deondrocopus major),
que se alimentan de larvas que cogen en los troncos muertos. Distinguiremos por
su canto al cuco (Cuculus canorus), y podremos observar sin demasiada
dificultad muchos paseriformes: jilgueros (Carduelis carduelis), verderones
(Carduelis chloris), los solitarios pinzones (Fringilla colebs), minúsculos
mosquiteros (Phylloscopus), currucas (Sylvia), Zarceros (Hippolais), carboneros
y herrerillos (Parus). En las proximidades del agua podremos contemplar lavanderas:
blancas (Motacilla alba), boyera (Motacilla flava) y cascadeña (Motacilla
cinerea).
También abundan, aunque son
difíciles de ver, algunas rapaces como el azor (Accipiter gentilis) y el
gavilán (Accipiter nisus).
De la estepa.
La línea verde que supone el
Canal de Castilla es ideal para observar las aves esteparias, que en los
calurosos días del verano vienen a refugiarse en el frescor que este
proporciona. Con un poco de suerte podremos avistar alguna bandada de avutardas
(Otis tarda); en invierno algún avefría (Venellus vanellus) y de forma más
desperdigada y aislada, sisones (Tetrax tetrax) y alcaravanes (Burbinus
dedinecmos).
En grupos también, veremos
perdices (Alectoris rufa), y posados sobre tocones distinguiremos la silueta
del águila ratonero (Buteo buteo) y del mochuelo (Athene noctua). De forma
permanente nos acompañará la silueta del superabundante cernícalo (Falco tinnuculus),
volando sin moverse del sitio, y en algunas zonas próximas a cortados de rocas
(Cabezón de Pisuerga) no será difícil
ver a los halcones peregrinos (Falco perigrinus) que allí anidan.
Las palomas domésticas, que
proceden de la paloma bravía (Columba livia) llenan los cielos con sus bandadas
que se cobijarán en los numerosos palomares de factura humana que aún siembran
la Tierra de Campos. Veremos con relativa frecuencia palomas torcaces (Columba
palumbus), tortolillas (Streptopelia turtur) y tórtolas turcas (Streptopelia
decaocto) que comienza a ser muy abundante en todo tipo de hábitats.
Urracas (Pica pica), oropéndolas
(Oriolus oriolus), algún martín pescador (Alcedo atthis) difícil de ver, tordos
(Sturnus), ruiseñores (Luscinia megarhynchos), mirlos y zorzales (Turdus) y un
largo etcétera que abarca las más de 160 especies que se suelen dar cita en el
Canal de Castilla o sus inmediaciones.
Desde abril a septiembre es
frecuente escuchar el canto de la codorniz (Coturnix coturnix).
Los mamíferos.
Nutrias |
Muy difíciles de observar por su
carácter huidizo y tímido, es posible vislumbrar con paciencia y sigilo, la
silueta de algún conejo (Oryctolagus cuniculus) y liebre (Lepus europaeus) ,
así como de sus predadores como el zorro (Vulpes vulpes).
La rata de agua (Arvicola
sapidus), el ratón (Apodemus sylvaticus) y el topillo (Microtus arvalis)
abundan mucho (ojo, no tienen nada que ver con sus homólogos ciudadanos).
En algunas zonas las ardillas
(Sciurus vulgaris) y con mayor dificultad aún podremos tener suerte y avistar
garduñas (Martes foina), comadrejas (Mustela nivalis), turones (Mustela
putorios) e, incluso, alguna nutria (Lutra lutra), así como los erizos
(Erinaceus europaeus).
Últimamente, numerosos zarzales
que acompañan al Canal sirven de refugio cada vez más frecuente al jabalí (Sus
snofa).
Los anfibios y los reptiles.
En las aguas del Canal y sus
riberas viven un buen número de especies representantes de estas dos clases de
vertebrados.
Como vertebrados poiquilotermos
que son (de sangre fría), solamente los podremos observar en la estación
estival y en los últimos y calurosos días de la primavera.
Con paciencia y curiosidad
podremos ver salamandras (Salamandrina), los rarísimos y escasos tritones
(Triturus marmoratus), sapos (Bufo bufo) y culebras de agua (Natrix natrix). A
pesar de los ancestrales ascos y miedos que estos vertebrados producen en el
hombre, todas estas especies son absolutamente inofensivas.
Aún podemos escuchar el canto de
la rana común (Rana perezi). Igualmente nos puede sorprender también algún
ejemplar de la culebra de mayor longitud de nuestra península, la culebra
bastarda (Malpolon monspessulanus), que puede llegar a los 2 metros. También
algún galápago (Maurenays caspica), y con suerte algún lagarto ocelado (Lacesta
lepida).
Otras especies.
Otros muchos animales llenan de
vida el Canal: larvas que viven en las ovas de las esclusas, debajo de las
piedras o en la pecina.
Insectos como el zapatero
(Hydrometridae), siempre nadando sobre la superficie del agua y en contra de la
corriente; las siempre llamativas libélulas (Anax imperator); cientos de
mariposas (Orden Lepidópteros).
Por último hay que citar a un
molusco bivalvo, el "mejillón del Canal", con las conchas entre
blancas y marrones que se arrastra lentamente por el fondo del Canal, dejando
una huella en el limo que se parece a una estrecha rodera de bici.
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